La vida te da sorpresas...

March 2011 - Universidad de Los Andes. The trio traveled up the mountain (and down the mountain and around the mountain and around the mountain again after missing the entrance to the parking lot we were allowed to stop and unload next to but not park in) last Thursday to play for students at Colombia's most expensive learning institution. The Bogotá campus is gorgeous, snuggled cozily in the Andean foothills, filled with an amazing mixture of restored Colonial cottages and extremely hi-tech edifices filled with all the latest, greatest, newest and shiniest. To honor our surroundings, Xumapaz came prepared with our own hi-tech gear and hi-tech engineer, Alex Vargas, who proceded to set it all up in record time (we were EARLY for once to the soundcheck but were barred entry into the auditorium for nearly 20 min. while some budding Chopin finished an audition with a very stern Cuban professor we dared not interrupt). Bossio snubbed the baby grand on one side of the stage and settled down behind a very electronic KORG TRINITY on the other. Pacheco constructed his marvelous hybrid percussion/drum kit and tuned the Garrahand. I was up and running in no time - electric and acoustic guitars tuned and ready to go. We smiled smugly at our new-found efficiency as the house engineer kneeled and rose, and kneeled and rose again, in front of the house speakers. Strange Andean ritual? No, the nation's most expensive learning institution forgot to invest in decent sound equipment. By the time the doors were supposed to open we had a brilliant mix in our in-ear monitors... but no house sound.

"Let's do it acoustic," I said, not at all sure it was a sound decision. "Bossio, you can play the baby grand and I'll play my acoustic and Pacheco, do your best to hold us all together. And if they want to hear my voice... shit, I'll just have to holler." And holler I did. Thank god the room had great acoustics. And the audience was very polite. I walked to the front of the stage, they leaned in toward me and somewhere in the middle we all met and spent a pleasant set together. The highlight for me was "Céline" - garrahand, guitar and voice, all but a whisper. You coulda heard a pin drop.

Go figure.


Marzo 2011 - Universidad de Los Andes. El jueves pasado nuestro intrépido Trío subió la montaña (y bajó la montaña y dio la vuelta a la montaña y otra vuelta cuando nos pasamos, dejando atrás la entrada al parqueadero donde apenitas nos dejaron detener el Zorromóvil el tiempo necesario para descargar nuestros equipos más no estacionarlo) para dar un concierto a los estudiantes de la universidad más cara de la nación. El campus es bellísimo, acurrucado en el pie de monte con una vista espectacular de Bogotá y compuesto por una extraña pero agradable mezcla de casitas coloniales restauradas y satinados edificios repletos de novedosa, maravillosa y asombrosa alta tecnología. En honor a nuestro ilustre entorno, vinimos armados con nuestra propia alta tecnología y nuestro ingeniero Alex Vargas, también lo máximo, quien instaló todo en tiempo récord (habíamos llegado TEMPRANO para la prueba de sonido – otra novedad - pero perdimos unos 20 minutos mientras un joven Chopincito terminó su audición frente a un profesor cubano muy severo que nos dio miedo interrumpir). Bossio dejó a un lado el muy tentador piano de cola para estacionarse detrás del muy electrónico (y muy pesado) KORG TRINITY que veníamos de cargar desde el parqueadero. Pacheco se puso a armar su kit híbrido de batería y percusión y dejó listo el también MUY novedoso Garrahand. Y yo cuadré pedales y afiné guitarras (una eléctrica y otra, felizmente – ya verán porque - acústica). Nos sonreímos orgullosamente, asombrados por nuestra novedosa eficiencia mientras el ingeniero de la casa se arrodillaba una y otra vez frente a los parlantes de la sala. ¿Milenario ritual andino? No, señores. Al parecer, la universidad más cara de la nación no invirtió lo suficiente en equipos de sonido… Era hora de abrir las puertas y nosotros teníamos un sonido del putas en nuestros monitores “in-ear”… pero no sonaba nada afuera.

“Hagámoslo acústico,” dije, no muy convencida de haber tomado la decisión correcta. “Bossio toca el pianito de cola, yo toco mi acústica, y Pacheco hará lo posible para que cuaje esta mierda. Y si quieren escuchar mi voz… pues me va a tocar gritar.” Y grité. Menos mal la sala tenía buena acústica. Y el público, como se imagina, fue muy formal. Me paré al borde del escenario y ellos se empinaron hacia mi y en algún lugar nos encontramos y la pasamos rico. Para mí, el clímax vino fue cuando tocamos el tema de “Céline” – Garrahand, guitarra y voz – apenas un susurro. Hasta el vuelo de una mosca se hubiera escuchado.

La vida te da sorpresas…